¿Cuántas veces nos apetece algo de pescado para cenar y no hemos tenido tiempo de ir al mercado a por él en fresco? Pues seguro que muchas, pero yo para esas ocasiones no lo dudo ni un instante, me preparo una deliciosa tarta salada de mozzarella, tomates y sardinas, y con un rato de horno, puedo cenar en un bocado varias de las cosas que más me gustan, como son el queso, las hortalizas y el pescado.
Además esta tarta me parece mucho más rápida que una quiché, pues no lleva masa en su base y también más ligera, pues no lleva nata entre sus ingredientes. Siendo una solución de “camuflaje” para que los pequeños de la casa coman sardinas, que de otra forma a lo mejor no harían.
Ingredientes para un molde de veinticuatro centímetros
- 250 mililitros de leche, 3 huevos L, 80 g de harina, ½ sobre de levadura química, 1 bola grande de queso mozzarella, 250 g de tomates cherry, 1 lata pequeña de sardinas en aceite de oliva, 30 g de queso parmesano rallado, sal, pimienta y albahaca para espolvorear, un poco de mantequilla y harina para preparar el molde.
Cómo hacer tarta salada de mozzarella, tomates y sardinas
Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados con la rejilla y calor arriba y abajo. En un bol mezclamos la harina, los huevos, la levadura y la leche. Sazonamos con la sal y la pimienta. Batimos la mezcla con unas varillas o una batidora hasta que no queden grumos. Vertemos la masa en un molde para tartas, mejor desmontable, de unos 22 a 24 centímetros de diámetro que hayamos engrasado y enharinado.
Por otra parte cortaremos la bola de mozzarella en trozos, posteriormente lavaremos y cortaremos a la mitad los tomatitos cherry y los disponemos repartiéndolos por la masa. Seguidamente escurrimos las sardinas del aceite de la lata y las desmenuzamos con un tenedor en briznas, repartimos los trozos por encima de la masa también.
Espolvoreamos con el parmesano rallado y con albahaca, y horneamos durante cincuenta minutos o hasta que la veamos bien dorada.
Tiempo de elaboración | 1 hora
Dificultad | Fácil
Degustación
La tarta salada de mozzarella, tomates y sardinas se puede degustar tanto tibia como fría. También podéis prepararla en un molde cuadrado tipo de los brownie y una vez templada, cortarla en cuadraditos para servir como pincho mezclado entre otros entremeses.
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